70 hombres conforman el cuerpo de bomberos de Bucaramanga. 10 carros contra incendio, 4 estaciones y dos líneas de emergencia, hacen parte de las estrategias que tiene este cuerpo de rescate creado hace más de 40 años.
Por Jorge Jiménez
X1 es el nombre con el que se le conoce a la estación central de bomberos de Bucaramanga, ubicada en la calle 10 con carrera 45. Este es el centro de operaciones de uno de los cuerpos de rescate más antiguos del departamento, pues hace 40 años que los llamados tragafuegos están al servicio de los bumangueses. 70 hombres, armados con chalecos aislantes de calor, caretas, botas y su particular casco rojo, aseguran estar como los boys scout: “siempre listos”, para cualquier emergencia que se presente en la ciudad.
En Bucaramanga existen cuatro estaciones de bomberos: X1, X2, X3 y X4, ubicadas en el centro de la ciudad, Provenza, Chimitá y en el Estadio Alfonso López, respectivamente. Cada una de éstas cuenta con cuatro unidades (bomberos) y dos vehículos contra incendio; uno con capacidad de 1200 galones y otro apenas 300.
El capitán y jefe de la división de operaciones, Álvaro Celis Carillo, quien lleva más de 16 años en la institución, asegura que “el cuerpo de bomberos de Bucaramanga está dispuesto a responder a cualquier llamado que se haga a la línea de emergencia 123 o 119. A pesar del tráfico congestionado que tiene la ciudad por las obras de metrolinea, nosotros tenemos el apoyo de la Dirección de Tránsito y Transporte y podemos llegar a cualquier parte de la ciudad con nuestros equipos en un tiempo prudente”.
El presupuesto para mantener en unas óptimas condiciones a este cuerpo de rescate es de 5 mil millones de pesos, los cuales según su directora Geny Patricia Hoyas Rueda, se invierten en el mantenimiento de las máquinas, compra de recursos, capacitaciones para el cuerpo y modernización de la estación. “Equipar a un solo bombero cuesta 20 millones de pesos, dotado de sus respectivos equipos de contra incendio. Estos son costos que nadie se imagina que existen. El presupuesto ahora está bien, pero si llegáramos a necesitar personal, no tendríamos como pagarlo”, asegura la funcionaria.
Sin embargo, esto parece no interesarle a los mismos bomberos quienes están dispuestos a atender el llamado sin importar si están o no equipados. “Cuando uno es la persona en la que la gente confía no puede ponerse a dudar de los riesgos que corre porque a uno lo consideran como héroe”, dice Jaime Maldonado Leal, bombero. Por su parte, el capitán y jefe de la división de prevención, Héctor Miguel Ramón, dice que el éxito de controlar un incendio más que a los bomberos le corresponde a la misma ciudadanía.
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«Es la gente de los barrios la que debe capacitarse en el uso de los extintores, en las prevenciones que se debe tener, en primeros auxilios, en capacidad de evacuación. Son los centros comerciales los que deben estar dotados con sistemas de regadera para poder controlar los conatos de incendio, porque así a uno lo llamen a tiempo, el fuego es tan peligroso que sólo llegamos a pagar cenizas”, dice Ramón.
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