De la teoría a la práctica en un clic

Con más de 3.000 millones de pesos, la administración municipal de Bucaramanga está instalando cinco aulas virtuales, cada una con capacidad para 80 estudiantes y con conexiones de agua, luz, gas y un portátil que permiten realizar laboratorios de física, química, biología.

por Laura Luna Rueda
lluna3@unab.edu.co

 Instituciones como el colegio Inem Custodio García Róvira, el colegio Santander, el colegio Aurelio Martínez Mutis, el Instituto Técnico Superior Dámaso Zapata y el Instituto Tecnológico Salesiano Eloy Valenzuela, son los primeros beneficiados con este plan de desarrollo que se instauró de la mano del Plan Nacional de  Educación en la ciudad de Bucaramanga. “Empezamos a visitar proveedores a nivel nacional, confeccionamos un cuadro de necesidades, una de ellas las aulas especializadas, para cubrir la ausencia de laboratorios para química, física, biología, electrónica, botánica y anatomía, por ello se construyeron con 40 puestos de trabajo, repartidos en ocho mesas para cinco estudiantes y una mesa de trabajo matriz para el docente”, explica Luis Alfonso Montero Luna, secretario de Educación Municipal.

Este proyecto, que surgió como resultado de la estrategia académica del alcalde de Bucaramanga, Fernando Vargas Mendoza y las mesas de concertación de la Secretaría de Educación, que se realizaron entre todos los representantes de las instituciones públicas de la ciudad, beneficiará  aproximadamente 20 mil estudiantes que podrán trabajar a la vez  las ramas técnica y científica.

Las aulas virtuales o especializadas pretenden que los muchachos adquieran conocimientos a partir del uso de la tecnología. / FOTO LAURA LUNA
Las aulas virtuales o especializadas pretenden que los muchachos adquieran conocimientos a partir del uso de la tecnología. / FOTO LAURA LUNA

La selección de las instituciones, algunas con las aulas o simuladores de laboratorio ya instalados (como el Inem y el colegio Mutis)  y otras en el proceso de adecuación, fue basada en diversos criterios: “primero que todo los colegios técnicos; igualmente el colegio Aurelio Martínez Mutis porque ellos tiene unas salas de tecnología que se complementan con estas aulas y las han conservado en buen estado y en constante utilización; el Inem porque es diversificado, la enseñanza está basada en modalidades; y el colegio Santander, que exige apoyo pues está perdiendo su imagen de institución responsable y reconocida”, asegura Montero Luna.

Aunque los talleres de reconocimiento y manejo de las herramientas tecnológicas empezaron el 24 y 25 de agosto de este año, todavía hay expectativa frente a estas implementaciones en las aulas de clase. Julio Pérez Maldonado, estudiante de noveno grado del colegio Aurelio Martínez Mutis habla de las diferencias en la enseñanza gracias al uso de la tecnología: “no simplemente estaremos en el aula de clase sino que aplicaremos diferentes formas de aprendizaje al cambiar de ambiente de los laboratorios a los salones y de la teoría a la práctica”.

Este tipo de inversiones que benefician directamente la formación de los estudiantes y que posicionan a Bucaramanga como un foco de desarrollo educativo, son parte de las propuestas que desde las instituciones, los directivos han incentivado. “Para nosotros haber adquirido este laboratorio significa un avance en el uso de las nuevas tecnologías de la comunicación y la información. Esto le va a dar la oportunidad a los jóvenes de que puedan recibir sus clases, que cuenten con materiales actualizados y de última generación par así repercutir en que el aprendizaje de los niños sea de mayor profundidad y significación”, expone Argemira Corzo, rectora del Inem.

Los ejes temáticos, que la Secretaría de Educación ha propuesto para cubrir estas falencias del sector educativo son: calidad, cobertura, pertinencia y eficiencia. De esta manera, no sólo se han implementado aulas virtuales si no que se han mejorado plantas físicas de instituciones como la Escuela Normal Superior de Bucaramanga, se han adquirido nuevos planteles como el colegio Bicentenario de la Independencia (antiguo Santa Teresita) y se han instalado tableros virtuales en diferentes instituciones oficiales.

Más allá de las capacitaciones y el proceso de instrucción, alumnos y docentes tienen el reto de familiarizarse con los laboratorios virtuales. / FOTO LAURA LUNA
Más allá de las capacitaciones y el proceso de instrucción, alumnos y docentes tienen el reto de familiarizarse con los laboratorios virtuales. / FOTO LAURA LUNA

Además de la inversión realizada en equipos, materiales e innovación proveen seguridad al cuerpo estudiantil, ahorro al sector educativo y mejores niveles de formación a las instituciones. Los estudiantes realizan primero los experimentos de manera virtual, de modo que se exponen menos a reacciones adversas y a explosiones; y no malgastan los implementos que sólo serán utilizados cuando -virtualmente- la prueba haya sido exitosa. Estas adecuaciones tecnológicas  han tenido acogida en los alumnos y en sus relaciones con los docentes, “es ir de la mano con los avances tecnológicos, porque estábamos en atraso. Hoy los estudiantes manejan la tecnología, las redes de información, los que de pronto hemos quedado atrás hemos sido los docentes, entonces es un manera de compensar y ponernos a su nivel”, expresa Milton Sierra, docente de química del Inem.

Asimismo brinda herramientas de control y guía que permiten la retroalimentación docente- alumno. “Las aulas tienen un ambiente agradable, así se facilita que nosotros accedamos más fácilmente a los laboratorios, a la investigación y a la información”, expone Mónica Díaz, estudiante de undécimo grado del Inem.

Desde el computador matriz que será asignado al profesor, éste puede supervisar los procesos de cada uno de los escritorios, controlar los sensores de temperatura y de presión dentro del laboratorio y verificar qué están haciendo los estudiantes, también puede bloquear los accesos si considera que los equipos no están teniendo el uso adecuado y asignar labores de modo virtual para agilizar los procesos de enseñanza. “De esa manera permite profundizar con los muchachos la temática, que se compruebe la parte teórica que uno ve en clase, con la práctica. Además de eso, implementar procesos de emprendimiento, que aprendan a crear productos, que investiguen situaciones, que realicen  procesos biotecnológicos, que tengan un desarrollo de procesos naturales y tecnológicos”, dice Daniel Bahamón, profesor de biología del colegio Aurelio Martínez Mutis.

Es que las aulas cuentan también con láminas plastificadas, módulos de demostraciones, juegos didácticos de desarrollo de las habilidades mentales y laboratorios portátiles de física, química y biología que están guardados en un estante rodante donde se encuentran los elementos para desarrollar el laboratorio en un espacio diferente al de las aulas.

No obstante, este tipo de proyectos debe tener asegurados los contratos de control y mantenimiento pues lo equipos requieren de constante supervisión y de un equipo técnico especializado. “Dentro del proyecto, la entidad que ganó la licitación, tiene en sus componentes la capacitación de docentes que se hacen regularmente, y del mantenimiento y reparación de los componentes de las aulas, para facilitar el manejo de estas herramientas tecnológicas”, asevera Montero Luna.

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